Quiero entrar a mis oficinas y acordarme de mi pueblo.

Con estas palabras nos describió el señor Don Carlos lo que quería.

Don Carlos tiene una empresa que se dedica a la venta de productos para alpinismo, esquí y demás deportes de montaña, viene de un pueblecito en los Pirineos, que está rodeado de un precioso bosque mixto de hayas y robles.

Llevar un trocito de este bosque a Madrid parecía imposible, que si hace mucho calor, que no va a tener luz suficiente, que ya verás el agua… Un sinfín de inconvenientes y dificultades a los que fuimos encontrando soluciones técnicas que hicieron posible lo que a priori parecía imposible: iluminación artificial, ahumado de cristales para evitar insolación en verano, sistema de riego con sensor de humedad, drenajes registrables…

No os contamos más, mejor que lo veáis por vosotros mismos.