Restauración de los jardines de palacio del S.XVIII

En un palacio del siglo XVIII de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

Han pasado ya 3 siglos desde entonces y los jardines de este palacio barroco han ido cayendo en el olvido. Poco a poco la maleza lo ha ido ocupando todo, los árboles han degenerado y es difícil intuir las formas originales de este jardín.

En MUS estamos acostumbrados a este tipo de situaciones y nos encanta descubrir las formas originales que quedan después de años de abandono. Poner orden, limpiar, quitar lo que no tiene que estar ahí, cuidar lo que queda y poner en valor aquellas partes del jardín que lo necesitan. En fin, un trabajo de restauración del paisaje en toda regla.

Mantenimiento en Comunidad de Propietarios Madrid

Solo nos pidieron dos cosas, todo limpio, siempre limpio y que esa enredadera que se ve en las fotos, que de aquí a dos años, lo cubra todo.

Limpio está, limpio como una patena, tanto que los dueños no saben si es una comunidad de propietarios o el patio de la sede de las Naciones Unidas. En cuanto a la enredadera, era cuestión de tiempo y mismos que se pusiera tan lustrosa como la tenemos ahora.

Mantenimiento y conservación jardín vertical en Plaza Castilla

Las plantas crecen hacia arriba o hacia abajo, suspendidas, enterradas, agarradas a la roca y hasta en las cascadas. En la naturaleza casi no hay límites y la interacción de tantos organismos de tantísimas especies distintas genera ecosistemas de formas tan dispares como lo son los muros verdes. 

Sin embargo, en una ciudad, la vida de un microecosistema como éste depende del cuidado y de los mimos que seamos capaces de darle. Nosotros somos muy mimosos, sobre todo cuando se trata de plantas.

Trabajos forestales en la Guardia Real del Pardo

Cuando nos llamaron ya era tarde para hacer nada por aquellos árboles. Habían sucumbido ante el implacable paso del tiempo y de las manos del ser humano. Finalmente terminamos tirando cerca de 20 palos gordos como el de la foto. 

Como en MUS, todo lo que huele a reciclaje, sostenibilidad y economía circular, nos gusta mucho, aprovechamos los troncos para cederlos a un centro de equitación, que los usará para ponerle algún obstáculo un poco más natural a los caballos, o por lo menos eso nos dijo el teniente Domínguez.