Virginia quería una pradera que no se deteriorara, que estuviera siempre verde, en la que sus nietos pudieran jugar sin mancharse y que creciera poco para no tener que pasar el cortacésped una vez a la semana.
Virginia no quería césped artificial porque la imagen que tenía de este producto era el de una moqueta de plástico, de colores poco naturales, desagradable al pisar, etc. Cuando le enseñamos la calidad del césped que instalamos, no se podía creer que fuera artificial.
Nuestro proveedor de césped artificial es Albergrass, una empresa familiar española que tiene sus fábricas en Alicante y que constantemente está innovando y presentando nuevos productos, siempre de la máxima calidad.
Os dejamos una imagen, a ver si sabéis si es césped natural o artificial.